Sueño con tus ojos, con tus manos, con tu risa de diciembre;
te imagino en cada esquina en cada ruido, cada melancolía;
imagino tu voz y tu primer llanto: tu vida en una melodía,
para darte la vida estoy yo aquí, mi vida, desde siempre.
Pues nací para esperarte, corazón, desde la muerte,
porque sin sentido frente a mí la vida veo pasar,
vivendo todo lo absurdo, lo atroz e incoherente
esperando un ángel sin Dios que me salve del azar.
Sintiéndote te espero y la espera se hace eterna,
desde tu espera te siento, entre sueños, impaciente
de llegar hasta nosotros, paloma pasajera,
ángel sin alas, que viene volando, a robarme
El Corazón.