dimanche 31 août 2008

Patito ...



Patito , a pasito.

mercredi 27 août 2008

ZOE

Imagen de Nicoletta Ceccoli, ilustradora italiana.

Decía en el post anterior que los sucesivos nombres que Zoe ha ido calzandose se debían a la veleidad de los padres indecisos que a la pobre le tocará aguantarse en la vida.
Y sí, eso, toda la vida.

La vida, que para los griegos se escribe ζωή, se lee Zoi o Zoe en su traducción a nuestro alfabeto.

Y es que Zoe es en últimas un nombre que encierra éso, la ligereza de la indecisión, la "voluntad antojadiza o deseo vano" con que la RAE define la veleidad. Pero, la vida no es sólo éso, la vida no es puro "azar y necesidad" como decía un biólogo; la vida también es fuerza y constancia, ilusión y espera, voluntad y esperanza, no llegaré al punto melodramático de los evangelizadores televisivos o los curas nostálgicos que hablan sin cesar del "milagro de la vida", y que sin sonrojarse claman el axioma absurdo: "Dios es amor + Dios es la vida= la vida es amor."

Creo, he creído, y seguiré creyendo que este negocio de la vida no tiene en sí sentido alguno, ni meta ni punto de partida, ni "alfa" ni "omega" salvo los del propio nacimiento y muerte; no tiene lógica un mundo (que es lo mismo que la vida) en el que las catástrofes más trágicas y absurdas se siguen acompasadas de nacimientos llenos de ilusión; si alguna lógica existe en este caos debe ser solo úna estadística, la que se dedique a posteriori a cuantificar los que vienen y los que se van: las "Sumas y Restas" de Victor Gaviria.

Entonces te preguntarás tú, Zoe, qué me ha llevado a mantenerme en mi desición (no solo mía, lo sé muy bien) de tenerte (y mejor no entrar en detalles léxicos: eso de "tener" suena terrible), de dejarte venir a este valle de pesares; te dirás que tu padre es un pesimista que no cree en el futuro ni en la felicidad, que sólo percibe el lado oscuro que reposa en cada uno sin mantener ninguna esperanza de que alguien pueda ser bondadoso y fraterno.

Y te contesto: claro que creo en todo eso, creo en el hombre, en los hombres, en sus obras, en sus ilusiones y sus sueños, en sus locuras y sus fantasías, en sus ficciones. ¿Cómo dejarte en el limbo del no-ser cuando puedes venir a ver todo lo que yo he visto y ojalá mucho más?: ver de cerca los cuadros de algún pintor de parque o de un gran maestro en el Louvre; un atardecer en el Parque Nacional, o el sol poniendose en el mar de Cartagena; escuchar los ritmos de todo el mundo, un vallenato o el cante jondo de los gitanos, la música que con sólo cuatro acordes te saca lágrimas o te pone a reír; ver una película de Woody Allen o de Bergman; leer un libro de Harry Potter o de Dumas, y leyendolo imaginarte (¡te imaginas, uno puede, si lo quiere, imaginarse cosas que pasaron, que están lejos y hasta cosas que no existen!) imaginarte a los tres mosqueteros batiéndose detrás de Saint Sulpice con los hombres del Cardenal Richelieu; y puedes, podrás, tras leer el libro, haciendo una pausa, pasearte por la plaza y entrar a la Iglesia de San Sulpicio, y salir luego a comerte un helado, y a reírte de la lluvia que moja a los parisinos mal encarados.


Puedes, si quieres, y querrás, ser feliz; aunque sea por raticos, como dice Juanes, un músico muy bacán. La vida es eso, un ratico, un fugaz vistazo, una ilusión, un "glimpse" como dicen los gringos; y eso, la ilusión de verte y de tenerte, de mirarte mirarme me tiene y me mantiene, tu advenimiento (no sé llamarlo de otra forma) trae consigo la esperanza de un lugar mejor, de una época diferente, de una primavera que durará lo que dures tú, mi hija, m'hija, mi niña, mi Zoe.